Contener el odio hace que éste se convierta en veneno. Te corroe por dentro. Creemos que el odio es un arma que ataca a la persona que nos hace daño, pero el odio es una espada de doble filo, y el daño que hacemos, nos lo hacemos a nosotros mismos.
(Libro: Las cinco personas que encontrarás en el cielo, de Mitch Albom)
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