Un chamán le explicaba a su nieto que en cada ser humano habitan dos lobos que se pelean sin piedad. Un lobo representa la ira, los celos, la soberbia, el miedo y la vergüenza; el otro es la ternura, la compasión, la gratitud, la esperanza y el amor. Preocupado, el niño le pregunta: "Abuelo, ¿cual es más fuerte?". Y el chamán le contesta: "El que alimentas".
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